jueves, 9 de noviembre de 2017

Peugeot 306 Maxi Kit Car Evo 2

Después de diez años en que sólo participó en raids y carreras de turismos, Peugeot vuelve al mundial de rallyes en 1997. Es el año de la creación de los WRC y Maxi - KitCar. Peugeot opta por los kit car, por ser una categoría más barata y de mayor proyección en ventas (un kit car era sólo un coche de calle con un "kit" que se podía instalar casi en cualquier taller). 

Esta categoría, nacida en Francia, tuvo muchos problemas de juventud. Equipar a un coche de tracción delantera con un motor atmosférico que entregaba 300 cv a casi 10.000 rpm planteaba muchos problemas, principalmente de fiabilidad y de poder traccionar tanta potencia con sólo dos ruedas motrices. 

El buen hacer de los ingenieros de PSA crearon los que fueron los referentes de la categoría: introdujeron el cambio secuencial, el diferencial activo (que controlaba electrónicamente la potencia que recibía cada rueda) y pequeños detalles como la distribución del peso, que consiguieron que estos coches superaran a los WRC sobre asfalto seco.
Dejando de lado sus resultados, que fueron buenos, la belleza de este coche en su versión "kit car" era algo espectacular para el momento. Un coche cuyas facciones de calle se reconocían pero que además conseguía tener un aspecto puro de competición.

El 306 Maxi tuvo sus mejores momentos en el Campeonato francés de rallyes, donde ganó en 1996 y 1997 con el histórico Gilles Panizzi al volante. También tuvo sus momentos buenos en el mundial de rallyes, con una segunda posición en el Montecarlo de 1996 con François Delecour y dos podiums en 1997, en Catalunya y Córcega, con Panizzi. En ese momento Peugeot y el piloto francés, experto en asfalto, ganaron popularidad.

Ésta última será la decoración escogida para realizar nuestro 306 Maxi a escala 1:32


Para comenzar el proyecto parto de un kit artesanal en resina realizada por Alberto Gutirrez ¨Disain¨, gran modelista y mejor persona 😉

Tras desbarbar la carrocería le lijo el techo, que en esta unidad está ligeramente abombado, y corrijo un par de poros en los bajos del coche. Por otro lado, la resina es realmente exquisita en lo que a calidad se refiere.

Una vez lijada y lavada, la imprimo y la pinto en blanco, creando la base para realizar el trabajo de decoración.


Preparo la hoja de calcas que vienen incluidas en el kit, con la decoración del Rally de Cataluña de 1997, además del MicroSet y el MicroSol.

Voy aplicándolas poco a poco. Las laterales que son muy largas, las aplico en tres partes, haciendo coincidir los cortes con las ranuras de las puertas y las de las aletas.


Con grandes dosis de paciencia y de Microsol, consigo que se adapten a las formas redondeadas de la carrocería. Una vez bien secas las protejo con un par de capas de barniz acrílico antes de aplicar la laca bicapa definitiva.
Después de dejarla secar 24 horas, detallo las ventanillas y le coloco los espejos y los cristales. 


Preparo la bandeja en la que coloco al piloto y al copiloto,los arneses y la jaula de seguridad (adaptada de un 106), y pinto alguna de sus partes como son el extintor y la rueda de repuesto. Así presentada queda un poco rara, pero una vez dentro se adapta a la perfección.

La coloco en el interior del coche y ya instalo los faros, pilotos traseros, antenas y otros detalles como los cierres traseros, manilla ... 

Ahora preparo las ruedas, que son de una manufactura casi profesional. Pinto los cubos de blanco con el fondo en negro mate, los insertos en blanco también y le coloco las calca de ¨Speedline¨ y le añado unos discos de freno que había preparado hace tiempo para los 106. Para rematar la faena coloco cuatro válvulas de aire. 


Adapto un chasis universal de OSM , al que le tengo que corregir los agujeros de sujección, así como variar su altura respecto a la carrocería. Debido a eso tengo que reforzarlo con plástico y lo pinto en negro mate para unificar su color. Por último le añado el tubo de escape, que no es más que un terminal eléctrico.

Una vez adaptado el conjunto chasis-carrocería el resultado es éste 😄










Espero que os haya gustado.
Un saludo. 
Paco.



miércoles, 4 de octubre de 2017

Toyota Celica Turbo GT4 ST165

Los años noventa posiblemente fueron la edad de oro de Toyota en el Campeonato del Mundo de Rallies. Una muestra de lo que estaba por llegar se había vislumbrado a finales de la temporada de 1989, cuando el triunfo de Juha Kankkunen en Australia terminó con una sequía de dos años para el Equipo Toyota Europa (TTE), donde un largo período de esfuerzo técnico dió finalmente resultado.


La edición de 1990 fue testigo de un cerrado cara a cara entre Toyota y Lancia. Ambas marcas se dividían casi por igual las victorias del Campeonato Mundial. Lancia ganó seis de las rondas ese año y aseguró el título de fabricantes, mientras Toyota quedaba sólo una victoria por detrás, con cinco triunfos, aunque con el piloto más rápido, un joven Carlos Sainz, haciéndose con el título de pilotos.

 
El año siguiente los equipos oficiales mejoraron su rendimiento. Tanto Toyota como Lancia ganaron seis rallys cada uno. Lamentablemente para el equipo Toyota, Lancia aseguró no sólo el título de constructores, sino también se aupó con el título de pilotos, con el expiloto de Toyota, Juha Kankkunen.


Aunque el Toyota Celica Turbo GT4 St 165 demostrara ser muy efectivo en los tramos, el diseño del coche trajo una serie de complicaciones técnicas que se relacionaban con un sobrecalentamiento del motor en carrera. Los ingenieros desarrollaron soluciones creativas para desviar la mayor cantidad de aire frío al compartimento motor, incluyendo dejar ligeramente entreabierto el capót delantero y colocar los faros escamoteables fijos en su posición más elevada. Por otro lado, las salidas traseras fueron reconfiguradas para ayudar a extraer el aire caliente.
Y por si todo ésto no fuera suficiente, otro desafío concernía a la transmisión, que podía cambiar sin previo aviso de la tracción total a tracción trasera si el diferencial, controlado electrónicamente, se calientaba demasiado.


Como respuesta a estos problemas y a la vista de la próxima evolución del Celica, el Toyota Team Europe había estado desarrollando y valorando el reemplazo del ST165. Pero, a pesar de sus inconvenientes, el primer Celica de tracción total había demostrado ser un competidor formidable, acumulando trece triunfos absolutos en el Campeonato Mundial de Rallies, una docena de los cuales bajo las órdenes del TTE.

Para realizar este trabajo, partiré de un Toyota Celica Turbo GT4 ST165 de la marca Scalextric (época Tyco) con el que competí durante varios años y consiguiendo con él varios triunfos absolutos y numerosos podiums.


Pero en los últimos tiempos ya no es tan competitivo como antaño, y no teniendo ya nada que hacer ante los todopoderosos 205 de OSC o los novísimos chasis 3D, he decidido restaurarlo para que repose en la vitrina y sacarlo a pasear de vez en cuando. Tras 20 años de competición a mi pequeño nipón ya le ha llegado la hora de descansar.
Para comenzar la restauración, lo primero que hago es eliminarle toda la pintura en alcohol isopropilítico.

Tras un par de horas  de inmersión desaparece todo rastro de la antigua (e improvisada, porque no decirlo) decoración, aunque el plástico ha absorvido parte del color rojo.

Antes de proceder a imprimar, reparo las cicatrices que tiene de su vida activa y de paso, "levanto" los faros escamoteables ya que esta versión es la de 1989 y yo quiero reproducir la de 1991.


Lo siguiente es darle un par de capas de imprimación, lijar y ya pintar la base en blanco.


La decoración que he escogido es la correspondiente al Rally de Montecarlo de 1991, con un Carlos Sainz y Luis Moya recién coronados. Las calcas se pueden encontrar en www.artecnodecals.com

Con ayuda del Microsol y del Microset y mucha paciencia aplico las calcas sobre la carrocería.


A continuación detallo con un pincel en negro las ventanillas.


Y finalmente, para asegurar el trabajo le doy un par de manos de barniz satinado de la marca Vallejo.

Para renovar algunas partes, como los cristales o la bandeja, utilizo como donante una carrocería Altayera.


Saco un molde en resina de la rejilla frontal y la modelo hasta conseguir una completa, como la utilizada en la versión del '91.

Finalmente la pinto en negro mate y la coloco en su lugar.

Utilizo los pilotos traseros como molde para sacar un par de vacuformes en lexán y utilizo unos faros de un Audi Quattro de Revel para hacer los pilotos delanteros.




Monto la bandeja con unos pilotos de Ninco y adapto unas barras antivuelco de un Focus de SCX, además de montarle otros detalles.

Por último, monto todas las piezas en la carrocería así como el chasis original y otros detalles como el espejo, la antena y unos focos"cuneteros".






Y aunque le faltan algunos detalles como son las faldillas o las calcas de los cristales, éste es mi sentido homenaje a uno de los coches de rallys más bonitos de la historia del Mundial.

Un saludo.
Paco Bouha.